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miércoles, 9 de julio de 2014

ejemplo de observaciones - Amarás a tu prójimo

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Diagrama
Amarás
     A tu prójimo
     Como (te amas)
                        A ti mismo.

Algunas observaciones
Amarás
- Verbo en modo imperativo indicando un mandamiento.
- Es ordenado por alguien
- Es ordenado a alguien
- Refleja el carácter de la persona que da la orden.
- Quien recibe la orden ha de estar capacitado para obedecerla.
- Es ordenado, deseado... posible.
- Esta en tiempo futuro, expresando progresión en el tiempo... a partir de un determinado momento en tu vida: amarás y continuarás amando.
- Es singular, personal.

A tu prójimo
- El amar tiene un objeto (o mejor, sujeto) determinado, personal y posesivo.
- El objeto es singular
- El amor no se da en la aglomeración, sino en la cercanía.

Como (te amas) a ti mismo
- El amar al prójimo tiene un parámetro de comparación real, presente y conocido.
- El amar tiene un parámetro de comparación concreto.
- El amar puede ser reflexivo y transitivo.

Del contexto
- El mandamiento esta relacionado con la santidad corporativa.
- El mandamiento tiene que ver con acciones concretas, así como palabras y sentimientos.
- El mandamiento tiene que ver con la justicia.
- Este tipo de santidad empieza desde el hogar.
- El mandamiento tiene que ver con Dios.

Respondiendo algunas preguntas
¿Quién da este mandamiento?
Por que  uno recibe órdenes de muchas fuentes, pero, dependiendo de quién venga es la manera en que se considera la orden. Si es algo opcional, o algo que podemos ignorar o si es algo realmente serio y necesario atender con prontitud y responsabilidad.

"...amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová." (Levítico 19:18)

Quien da este mandamiento es Dios mismo.

Bueno, pero alguno podrá decir por el contexto del pasaje, que este mandamiento se dio solo para el pueblo de Israel. "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a toda la congregación de los hijos de Israel..." (Lv. 19:1-2)

Sin embargo, este mismo mandamiento es ratificado en el Nuevo Testamento por el Señor Jesucristo, quien nos mandó amar al prójimo. El apóstol Pablo también les escribió a los hermanos de la iglesia en Roma, que toda la ley se cumple en amar al prójimo. Santiago escribió que la ley real se cumple al amar al prójimo. El apóstol Pedro escribe a los creyentes sobre el amor fraternal y Juan, sobre andar en amor, manifestando así que amamos al Padre y a su Hijo Jesucristo.

Vemos, pues, que este mandamiento no es esclusivo para el pueblo de Israel, sino para todo el pueblo de Dios en todas las edades.

Y este mandamiento, refleja también el carácter mismo de Dios. En este mandamiento podemos ver lo que Dios aprecia y cómo es que él considera que la cosas debieran de ser. Este mandamiento revela su amor y su santidad.

Observando un poco más en el contexto
"... razonarás con tu prójimo..." Lv. 19:17

Amar al prójimo incluye una dimensión intelectual, razonar con él.
No todo es sentimental, existen ocasiones en que es necesario tener un diálogo donde se pueda re-establecer la relación y tratar de manera adulta con algún conflicto o diferencia, eso es amor.

Este mandamiento es contrario al espíritu de nuestra época de relaciones frágiles, donde todos son amigos hasta nuevo aviso. Donde las relaciones se rompen y una de las partes no acepta ni siquiera el diálogo más sencillo. Donde las personas se esconden valorando "la paz personal". Y al referirme a la paz personal, estoy haciendo alusión a ese horrible valor donde todo lo que importa es que no me hagan sentir mal, que yo esté en paz y que lleva a las personas a aislarse de los demás, no meterse en las vidas de otros, a que no les importe nada ni nadie, solo su "paz personal". Ese tipo de paz, hace que no se desee razonar con el prójimo.

Pero el mandamiento de Dios es claro, "razonarás con tu prójimo", eso demuestra que lo amas. Que estás dispuesto, de manera adulta, a dialogar para llegar no a una "paz personal", sino a estar en paz con tu hermano, a una paz corporativa.

"Amarás a tu prójimo..." Lv. 19:18

El amor se da en la cercanía, no en la algomeración.
El que dice "yo amo a todo el mundo... mundo, aquí te va mi corazón.... yo los quiero a todos.", en realidad se está escondiendo en la multitud y evitando el verdadero amor sacrificial que implican las relaciones interpersonales.

El mandamiento se trata de amar a TU prójimo, no de amar a todo el mundo. Es algo personal y cercano, y que requiere no solo de sentimientos, sino además de compromiso, voluntad, razonamiento, sacrificio.

No hay que voltear a ver a otro lado, mí prójimo está ahí, cercano. no hagamos como aquel que "...queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"  (Lucas 10:29)

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